A 123 años de la gran inundación que destruyó Viedma en 1899/Por Omar N. Livigni

Viedma.- (APP) En julio de 1899 siendo gobernador del por entonces territorio nacional de Río Negro D. Eugenio Tello, una gran inundación provocó la total destrucción de las poblaciones instaladas en los valles, entre ellas Viedma, capital de aquella jurisdicción.

Como consecuencia del traslado de las  autoridades a Patagones, -en jurisdicción de Buenos Aires- quedó planteado de inmediato el problema de la residencia de éstas, así como la localización de otro lugar para el asentamiento del centro político y administrativo del territorio, como ocurrió también en la vecina Chubut, azotada también por un fenómeno similar.

Si bien el caudal del Negro había aumentado en  niveles extremos, el anegamiento de Viedma-según un informe del Ingeniero Cesar Cipolletti-se produjo por el desborde de la laguna de El Juncal.

Era entonces una zona deprimida que el río  colmaba en forma permanente y que cubría unas 16.000 hectáreas y  con una extensión de 68 kilómetros, que se extendía en forma paralela la Cuchilla, desde Cubanea hasta proximidades de El Cóndor.

Viedma comenzó a inundarse el dia 21 de julio de 1899 ingresando el agua  por donde esta ubicado el actual cementerio, y rápidamente había lugares  donde la altura del agua era  de de dos, tres y cuatro metros.

Para tener una idea de la magnitud del fenómeno,    en la actual  Plaza Alsina, operaban el vapor Limay, chatas y chalanas, realizando tareas de salvataje en beneficio  de los damnificados.

El capitán del Limay en informe elevado al gobernador Tello decía haciendo referencia esos trabajos “… la oficialidad  y tripulación del buque a mi mando han cargado en el edificio de los padres salesianos mercaderías, muebles y animales de las embarcaciones menores que transportaban a embarcaciones mayores, que una  vez cargadas, eran pasadas a Patagones remolcadas por el Limay”.

La gran mayoría de los  edificios y casas se derrumbaron y entre ellos, la gobernación, las escuelas de policía y la cárcel, como reconoció el gobernador Tello.Los habitantes de Viedma fueron trasladados a Patagones, donde residieron provisoriamente a partir de entonces, generosamente recibidos por las autoridades municipales y con recursos dispuestos por la provincia de Buenos Aires.

En ese mes de julio de 1899  los  comerciantes de Viedma, se dirigieron al  Ministro de Marina, pidiéndole “ayuda para un pueblo que había quedado en la miseria” y solicitando a los bancos” la suspensión de las fechas de amortizaciones de los créditos por un plazo de tres por lo menos”.La fuerza de los hechos obligo al poder ejecutivo nacional  a disponer el traslado de la capital a Choele Choele en forma provisoria. Casi simultáneamente a la preocupación que reinaba en Viedma, por esa decisión, se oponían las ansias de la población de Choele Choel de retener para si la condición de capital del territorio.

Mientras tanto el gobierno nacIonal dictó un decreto designando una comisión para decidir en un plazo cercano  cuál sería el lugar de ubicación de la ciudad donde se asentaría el gobierno del territorio.

En Viedma se formó una comisión de vecinos para reclamar por la jerarquía de capital cuestionada y que no querían resignar. que estuvo integrada Andrés Arró,  Nazario Contín,  Eliseo Schieroni, Pedro Inda, Jorge Humble y Manuel Benito, que se transformó en una poderosa   influyente corriente de opinión.

En abril de 1900 se encontraba en Buenos Aires el gobernador Tello y se comentó-seguramente con razón-que redactó  el decreto del poder ejecutivo nacional que suscribió finalmente el presidente Julio Argentino Roca, restituyendo la condición a Viedma  de capital del territorio de Rio Negro.

El periódico   de la época, El Ferrocarril, dio cuentas que los vecinos de Viedma dieron rienda suelta a su alegría y satisfacción contenidas, vivando con vehemencia al gobernador Tello,  y   al ingeniero Silveira, ambos integrantes de la comisión que resolvió favorablemente el problema planteado.

Después de nueve meses de angustia Viedma, prosiguió su trabajo fecundo acompañando el proceso de reconstrucción. (APP)