En memoria del oficial Lucas Muñoz se debatió sobre la formación policial

Viedma.- (APP)  Se realizó en Viedma un acto en  memoria del oficial de policía Lucas Muñoz, cuyo cuerpo sin vida apareció en Bariloche el pasado 10 de agosto sin que se aclaren aún las razones y autoría de su asesinato. El encuentro fue promovido por la sede Atlántica de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) por cuyas aulas pasó Muñoz, como alumno de la Tecnicatura en Seguridad Urbana.

El vicerrector Anselmo Torres,  máximo responsable de esta sede de la UNRN, fue uno de los oradores del acto y lamentó que esa Tecnicatura se haya cerrado, tras las decisión del gobierno provincial de no hacerla obligatoria para los cadetes alumnos de la Escuela de Policía de Río Negro.

El directivo y docente hizo una apretada síntesis de las planes desarrollados originalmente por la Universidad  Nacional del Comahue, en su Centro Regional Zona Atlántica (Curza),  con el objeto de contribuir en la formación de los cuadros de oficiales de la Policía de Río Negro “con la finalidad de complementar la capacitación específica de la Escuela de Policía y aportar otros contenidos formativos”, y que esas acciones estaban dirigidas a efectivos que ya habían egresado y cumplían funciones policiales.

Recordó, en ese sentido, que las primeras experiencias tropezaron con la dificultad de que la Jefatura de Policía –haciendo caso omiso al pedido de las autoridades universitarias- sometían a los policías-alumnos a traslados que los distanciaban de la sede de los estudios  académicos, ocasionando su interrupción.

“En respuesta a esta situación y  después de creada la UNRN decidimos  la apertura de la Tecnicatura en Seguridad y que la formación de los policías se hiciera en las aulas universitarias. Porque creemos que es un proyecto que debemos seguir defendiendo y porque para la sociedad en su conjunto el tema de la seguridad es uno de los prioritarios, y nosotros como universidad no podemos estar ajenos; y creemos que la única manera en que podemos involucrarnos es a través de la  educación”, afirmó Anselmo Torres.

Se refirió así al acuerdo con el gobierno provincial, en el año 2011, que aseguraba los recursos presupuestarios para que la capacitación policial fuese absolutamente gratuita y, de esa manera, se eliminaba una eventual barrera para el acceso de los cadetes al claustro universitario.

“Por lo tanto en la sede Atlántica de nuestra Universidad de Río Negro la Tecnicatura en Seguridad Ciudadana era absolutamente gratuita para los alumnos; y se puso en marcha con un convenio (con el gobierno provincial) que lamentablemente (y por un error nuestro)  tenía solamente dos años de duración” explicó después.

Esa Tecnicatura arrancó en el inicio del ciclo lectivo del 2012 –tras una intensa gestión de organización de contenidos y designación de docentes-¸pero al término del año 2013 el gobierno dispuso que los cadetes de la Escuela de Policía dejaran de asistir a la UNRN; “sin que existiese una comunicación formal, sin plantear el tema en la comisión de enlace que se había dispuesto entre la cartera de Seguridad y nuestro vicerrectorado”.

“Después de los reclamos y de escuchar (de parte del Gobierno) el argumento falso de que los cursos les salían muy costosos (pues eran gratuitos) logramos que los chicos fuesen nuevamente enviados a nuestras aulas; y al año siguiente otra vez tuvimos dificultades de ese tipo” añadió Torres.

Esta saga de desencuentros entre las autoridades provinciales y la UNRN se completó a principios de este año 2016 con el dictado de una resolución del ministerio de Seguridad y Justicia dando por finalizada la capacitación universitaria de los alumnos de la escuela de Policía de Río Negro, no sólo en la sede de Viedma sino también en las correspondientes a Valle Medio y Alto Valle. De esta manera el gobierno rionegrino volvió a ejercer absoluto control sobre la formación del personal policial.

“Todo esto nos dejó varias enseñanzas. Estoy convencido de que la UNRN no puede  desentenderse de una problemática que tanto preocupa a la sociedad como es la de la seguridad  y por eso seguiremos insistiendo en que esta formación vuelva a estar en el ámbito universitario. También pienso que tal vez tengamos que repensar la forma en que se hacen los convenios, analizar hacia quien se direcciona la formación y en este punto estamos pensando que no debería ser sólo para los integrantes de las fuerzas de seguridad, porque esta problemática trasciende a la policía y hay otros ámbitos relacionados a esta cuestión que también debieran formarse en el campo universitario, aunque está claro que el actor fundamental es el personal policial y sin su participación no se pueden lograr resultados concretos”.

“Hasta que no exista un convencimiento pleno delas autoridades policiales de que sus cuadros de conducción deben formarse en  las aulas universitarias esto será muy difícil de lograr, porque tampoco hay convencimiento político sobre este tema. Y me molesta mucho más la desidia política en tomar este tipo decisión que la lógica corporativa de la fuerza de seguridad.  El retiro de la policía de un plan de formación universitaria se pudo producir  sólo con el aval político , por eso a nosotros nos parece que la resistencia  más fuerte está allí, en el plano de la política”.

“Pero no nos podemos quedar de brazos cruzados, es la segunda vez que lo intentamos y es la segunda vez que no lo logramos. Pero como estamos convencidos de que éste es el camino lo último que haremos será darnos por vencidos”, afirmó finalmente.

Del encuentro, realizado en una de las aulas de la UNRN en el edificio de la Manzana Histórica de Viedma, también participó Javier Muñoz –hermano del policía asesinado-,  quien recordó su frustrado paso por las aulas de la Universidad del Comahue –cuando se realizó primera experiencia de capacitación universitaria de los efectivos policiales.

Recordó, al respecto, que “la estructura interna de la escuela (de Policía) se contradecía con lo que se nos daba en la Universidad, (porque)  los horarios no nos alcanzaban para estudiar y cumplir con las exigencias del entrenamiento, con un trajín desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche”.

En cuanto a la experiencia que le tocó  vivir a su hermano Lucas dijo que “las cosas habían cambiado para bien y él asistía con entusiasmo y responsabilidad en sus estudios, logrando ser el abanderado de su promoción”.

Otro de los disertantes fue el comisario retirado Walter Puebla Morón, ex jefe del Servicio Penitenciario de Río Negro, y docente de la Tecnicatura en Seguridad Ciudadana de la UNRN, quien se refirió a las numerosas dudas que se plantean en torno al secuestro y posterior asesinato de Lucas Muñoz.

“Lo primero que se dijo después de la desaparición de Lucas fue que él no investigaba nada, lo que contradice la verdad que indica que son las jerarquías más bajas las que abordan las investigaciones” puntualizó en este sentido.

El párroco de la Catedral, el padre Luis García, también tuvo intervención en el debate, refiriéndose a lo terrible de que “haya personas que puedan seguir viviendo tranquilas, después de haber participado directa o indirectamente en el asesinato de un policía, de un compañero, de un conocido, y máxime cuando la inmensa mayoría de quienes habitamos esta provincia nos consideramos creyentes y cristianos, y tenemos que creer en el Dios de la vida”.