Interesante investigación sobre los reflejos de la dictadura en la prensa escrita de la comarca Patagones-Viedma/Por Carlos Espinosa

Viedma.- (APP) Cuando se conmemora el 47° aniversario del arranque de la sangrienta dictadura cívico militar, con la realización en todo el país de actos en el marco del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, se conoce una investigación académica  sobre los reflejos de esa oscura época en las páginas de la prensa escrita de la comarca.

El trabajo lleva por título “La comarca Viedma-Patagones  durante la dictadura cívico militar (1976-1983). Una mirada desde la prensa escrita” y fue elaborado  por la profesora Ágatha Engraf,  como tesis de grado para su Licenciatura en Historia por la Universidad Nacional de Quilmes, bajo la dirección de la doctora Marta Ruffini. La ponencia,  presentada y defendida el pasado 14 de marzo, obtuvo la más alta calificación, con publicación recomendada.

La autora realizó una prolija y exhaustiva recorrida por las colecciones del diario “Río Negro”, que se edita en General Roca, y el periódico quincenal “La Calle”, que apareció en Viedma entre 1979 y 1989. Desde la Agencia Periodística Patagónica (APP), que creó y dirige el periodista Omar Livigni, fundador y director de aquella publicación viedmense, nos interesa detenernos precisamente en el análisis de la conducta periodística mantenida por ese medio gráfico durante los años del gobierno militar.

Se tomarán, seguidamente, algunos párrafos de la referida monografía.

“Pretendemos que esta investigación constituya un aporte no sólo a la historia de la Comarca, la cual presenta tantas problemáticas sin tratar, sino que también el objetivo es proporcionar una mirada local, micro, del comportamiento de la prensa durante este período histórico. A su vez es importante destacar que el presente trabajo se propone acercar nuevos elementos a la historia de la prensa escrita, que en Patagones-Viedma presenta la particularidad de ser abundante y variada, desde su fundación hasta la actualidad”. (p. 15)

“Con el estilo independiente que declara la línea editorial, pero no ajeno a las circunstancias que atravesaba la Argentina, La Calle dedicó gran cantidad de páginas a la cuestión política local, provincial y nacional. Como mencionamos anteriormente no debemos olvidar que el periódico comarcal comenzó a publicarse en el año 1979, cuando la dictadura ya era duramente criticada por diversos sectores sociales. En el período trabajado podemos notar un cambio de manera gradual en cuanto a las temáticas, vocabulario y actores que intervienen en el mismo. Los grandes ejes que abarcó el mismo fueron: las actividades oficiales tanto de las autoridades viedmenses como maragatas; las intervenciones en la sociedad de monseñor Hesayne, obispo de la diócesis de Viedma; el tratamiento de la reforma de la ley 59; sobre la prescindibilidad  de los empleados estatales ; la paulatina reanudación de las actividades de los partidos políticos; la suspensión de las actividades gremiales, entre otros.” (p.40)

“Sin embargo, a medida que pasaron los meses, se le fue dando más protagonismo a los dirigentes políticos provinciales, demostrando la creciente actividad política. Una de las voces más consultadas por La Calle fue Fernando Chironi, quien fuera miembro perteneciente en un primer momento al Partido Popular Cristiano y luego a la Unión Cívica Radical. Fernando fue entrevistado reiteradas veces; por ejemplo en julio de 1981 sobre el tema de los detenidos desaparecidos, explicitando que había gente que esperaba una respuesta sobre esto, y también criticó la situación del país, no sólo económica sino también política”. (p.41)

“Por otro lado el ex diputado Osvaldo Álvarez Guerrero (UCR)  utilizó a La Calle como un espacio para criticar abiertamente la actuación política de las Fuerzas Armadas y el plan económico de Martínez de Hoz, demostrando preocupación por la situación en cuanto a los derechos humanos, y expresando la necesidad de ‘restauración de las libertades públicas, las seguridades individuales y la aplicación sin trabas de los mecanismos establecidos en la Constitución Nacional. (Esta nota se publicó en La Calle el 31 de agosto de 1979, con el título de “Álvarez Guerrero opinó sobre los temas de actualidad”). En la edición del 15 de febrero de 1980, dentro del Resumen Político, se mencionó su inhabilitación como interlocutor por parte del gobierno provincial, negándole el rol de intermediario y llegada que tenía a las autoridades provinciales, luego de criticar la inactividad por parte de los dirigentes políticos de la región, apelando a fraseología ‘subversiva’ según el gobierno. Sin embargo el político radical continuó con su postura crítica de manera explícita, ya que en julio de 1980 denominó las políticas económicas adoptadas por el gobierno nacional como un ‘genocidio económico’…” (pag. 41).

Debe agregarse que Álvarez Guerrero, colaborador permanente de las ediciones de La Calle, fue el primer gobernador electo de la recuperada democracia, en 1983. Seguimos con extractos del trabajo de la flamante licenciada Engraf.

“Estos ejemplos sirven para demostrar que, si bien La Calle no asumió un rol de ‘oposición’ al gobierno, dio voz a aquellos que se opusieron a la dictadura, dirigentes políticos reconocidos por su trayectoria, y siendo su opinión sumamente valiosa para la sociedad, fueron estos quienes encabezaron las notas más controvertidas para la época”. (p.41/42)

“Como expliqué anteriormente los periodistas de La Calle no realizaron una crítica directa al gobierno en cuestiones políticas, pero si plasmaron una gran cantidad de entrevistas a políticos de la Comarca. A modo de ejemplo, Ángel Cayetano Arias, ex intendente depuesto por las FFAA, perteneciente al Partido Provincial Rionegrino, quien hizo público que en su momento apoyó al gobierno militar debido a la crisis que reinaba, pero que ahora en vistas a que la situación no sólo no había mejorado, sino que había empeorado, criticó duramente las políticas económicas. A su vez menciona los ‘excesos del ejercicio de la fuerza’ por parte de las Fuerzas Armadas, reconociendo la ilegalidad de las mismas y solicitando la restitución de las garantías constitucionales y la legalidad.  Este pedido, que si bien parte de un tercero que fue entrevistado, es sumamente importante ya que hace público lo que estaba sucediendo. (Nota publicada el 15 de octubre de 1979). Aquí claramente se ve la estrategia por parte de La Calle de sacar a la luz los hechos que acontecen y que preocupaban al periódico, pero en voz de otras personas, evitando así los riesgos de censura y persecución”. (p.43/43)

Ágatha Engraf le dedicó todo un capítulo de su tesis de licenciatura a la significativa y trascendental presencia del obispo Hesayne en las páginas de los dos medios de prensa gráfica analizados en el lapso de la dictadura.

“Desde la primera edición del periódico La Calle el obispo estuvo presente, ya sea a través de entrevistas o con la publicación de sus homilías. El 15 de junio de 1979, en el primer número, la página ocho estuvo dedicada exclusivamente a Hesayne. Lo presentan como un hombre preocupado por el acontecer temporal, por los problemas económicos y sociales que aquejaban al país.(…) Dentro de las frecuentes entrevistas que le realizaron al sacerdote, al regresar de su visita al papa Juan Pablo II, el 20 de septiembre de 1979, hace referencia a los desaparecidos, afirmando que ‘allí donde hay libertad, justicia y amor, se viven los derechos humanos, mientras que si no se ponen en práctica esos  valores, no se cumplen, por más propaganda que se hiciera’. En su viaje a Roma, Hesayne hizo referencia no sólo a la situación que se vivía con Chile por el conflicto limítrofe, sino que mencionó a los desaparecidos y solicitó que sea aclarada la anunciada definición de los encarcelados”. (p.60)

“En el transcurso del año 1983 el diario La Nueva Provincia dedicó una editorial a una homilía de monseñor Hesayne, y fue La Calle quien le ofreció el lugar para la contestación por parte del prelado”. (p. 62)

En otro tramo del trabajo se recuerda la profunda repercusión política de la visita a Río Negro del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que permaneció un par de días en Viedma, a principios de septiembre de 1981, ofreciendo una conferencia de prensa y una disertación pública, en todo momento acompañado por Hesayne.  El periódico La Calle le dedicó amplio espacio a la cobertura de este episodio, fuertemente criticado por el gobierno provincial que llegó a presionar a las autoridades municipales para que no se autorizase el uso del Centro Cultural a los efectos del acto público, que debió trasladarse a un recinto de menores dimensiones, en el Instituto Don Bosco.

La investigación que estamos comentando rescata del archivo de La Calle, en aquellos turbulentos años, una publicación de gran repercusión entre los lectores del quincenario viedmense.

Señala Ágatha Engraf que “a principios de 1983, en la ciudad de Buenos Aires se produjo la intervención de la revista Humor. Le incautaron más de 2000 ejemplares de la edición no. 97 que serían enviados al interior del país. El motivo fueron artículos de los periodistas Enrique Vázquez y Luis Gregorich, quienes utilizaron el espacio para cuestionar al gobierno de turno. La Calle se hizo eco del suceso, dedicando la editorial del número 88 (1/2/1983) a dicha noticia. El texto que se ubica en la cuarta página comienza por mencionar la importancia de la libertad de prensa, que el gobierno militar violó de manera sistemática… (…) El editorial no será suficiente para el periódico viedmense, sino que en la página siguiente publicaron fragmentos de dos de los artículos que fueron motivo de la censura del número 97 de la revista en cuestión. Resulta relevante detallar cómo el periódico armó un discurso integral destinado a criticar y poner en cuestionamiento el accionar de la dictadura.”(p.45)

“Debemos mencionar que la modalidad que utiliza La Calle es de reproducción, es decir selecciona los fragmentos y los transcribe tal cual, aclarando que son las palabras que utilizaron los autores de dichos artículos. Por otro lado cabe destacar que va a reproducir parte del número censurado actuando como interlocutor, a sabiendas que ese número llegó a venderse en la ciudad de Buenos Aires, pero que aquellas ediciones que correspondían al interior fueron secuestradas, es decir: mostró aquello que los militares quisieron ocultar sin reparos. (…) El riesgo que corrieron fue doble, por un lado con la nota editorial y por el otro con la trascripción , sabiendo que duplicar un artículo que había sido censurado era correr la misma suerte”. (p. 46)

En los párrafos finales la autora realiza un paralelo entre los dos medios gráficos analizados. Dice que “como hemos demostrado tanto La Calle como Río Negro fueron no sólo narradores de sucesos, sino que ejercieron una influencia en la sociedad comarcal, dejando ver su postura con respecto a diferentes temas que acontecieron durante la dictadura. Por otro lado ocuparon el rol de formadores de opinión, ya que en varias publicaciones representaron las ideas que circulaban entre los ciudadanos de la comarca. En síntesis, consideramos que la prensa tuvo un rol fundamental para expresar aquello que la sociedad no podía o no se animaba a decir, dando luz a los hechos de violencia perpetrados por la dictadura, como las devastadoras consecuencias de las medidas económicas.” (p. 86)

Este cronista, que recuerda con orgullo sus tareas en la redacción de La Calle durante casi una década, quiere expresar su satisfacción por la contribución realizada desde las páginas de aquel quincenario de puntual aparición –el primer y tercer jueves de cada mes- para que los años de horror quedaran de alguna pequeña forma registrados para la historia. Por eso mismo, transcurrido mucho tiempo desde aquellos hechos, fue emocionante ver hace pocos días  a través de fotos,  el momento en que Ágatha  Engraf –joven y laboriosa investigadora, vecina de Carmen de Patagones – proyectaba en la pantalla del aula de la Universidad Nacional de Quilmes las imágenes de artículos aparecidos en La Calle. Y que ese material periodístico, tomado de la hemeroteca digital del Museo Emma Nozzi, resultaba útil como fundamentación documental de una tesis académica. 

Volviendo sobre el contenido de este valioso trabajo es necesario poner de relieve que su autora hace una contribución significativa en el registro de información que permanecía dispersa, como las nombres y orden cronológico de los gobernadores de facto en la provincia de Río Negro, entre marzo de 1976 y diciembre de 1983; así como de los ocupantes de los despachos municipales de Viedma y Carmen de Patagones en el mismo lapso.

En este sentido los capítulos uno: “El camino hacia 1976, el Golpe de Estado a nivel provincial y nacional”; y tres: “La dictadura en la Comarca, aspectos políticos y económicos” ofrecen una oportuna revisión de datos y fechas, que en las circunstancias conmemorativas que se mencionan en el comienzo de este artículo son útiles para ejercitar la Memoria y combatir el olvido. (La foto, tomada de las redes sociales, muestra a la investigadora en plena exposición académica) (APP)