La ocupación y el reparto del “desierto” en 1879/Por Omar Nelson Livigni

 

Viedma.- (APP) Los antropólogos y abogados Soledad Otero, Javier Ovidio Serrano y Dino Dinella, integrantes del Centro Interdisciplinario de Pueblos y Sociedades de la Universidad Nacional de Rio Negro, presentaron días pasados en Viedma, “un proyecto de ley de reconocimiento del genocidio indígena durante la expedición militar que realizó la denominada Campaña al Desierto en territorio rionegrino en  1879”.

Los profesionales realizaron una breve exposición sobre el tema y anunciaron que el proyecto será elevado a la consideración de la legislatura provincial mediante el procedimiento de iniciativa popular que será avalado por un determinado número de firmas.

Posteriormente fueron recibidos por el vicegobernador Pedro Pesatti a quien presentaron la cuestión y posibilidades de controlar el desarrollo de la iniciativa popular a implementar.

No dieron mayores razones sobre el por qué se espera someter el proyecto de reconocimiento a  la legislatura de Río Negro sobre hechos ocurridos hace más de 80 años, porque el corrimiento de la frontera de los ríos Negro y Neuquén fue dispuesta por la ley nacional 947 del 14 de agosto de 1878 con un mensaje que  resumía la teoría militar del General Julio A. Roca de “ir a buscar directamente a los indios en su guarida para expulsarlos o someterlos”.

En esa misma ley se fijaba el objetivo de incorporar 15 mil leguas cuadradas de tierras explotables que superaron con creces las expectativas de latifundistas y especuladores.

Como se puede observar, la Campaña al Desierto fue un proyecto militar y geopolítico trazado por el gobierno nacional, y todas sus consecuencias deberían ser reconocidas en ese nivel superior, como el caso de las  matanzas de otros pueblos indígenas, como sucedió con los tehuelches del sur, onas, alacalufes y yaganes en el extremo austral.

Según la memoria del Departamento de Guerra los indios habían sufrido en 1879 las siguientes bajas: 5 caciques principales prisioneros, 1 cacique principal muerto (Baigorrita), 1271 indios de pelea prisioneros, 1313 indios de pelea fuera de combate, 10513 indios de “chusmas” (mujeres, ancianos, niños, etc.), 3 prisioneros y 1049 indios reducidos.

Los grandes imperios del desierto sucumbieron ante el empleo del remington y la organización del ejército nacional. Se inicio para los indígenas un doloroso periodo de cautiverio que los llevaría desde los barracones de la isla Martín García hasta los ingenios azucareros en Tucumán, siendo utilizados como mano de obra barata.

Estanislao Ceballos, que recorrió hacia fines de 1979  la zona que había ocupado Roca, dice en su obra “Viaje al País de los Araucanos”: “Palpitan en mis ojos las tolderías solitarias, abandonadas por el araucano aterrado, decayentes y próximas a desaparecer, devoradas por el incendio frecuente o arrebatadas por las ráfaga sonoras de los vientos soberanos, viajeros en los espacios de estas latitudes”.

Uno de los efectos inmediatos de la ocupación del Río Negro fue el reparto especulativo sobre las tierras, hecho que se considera especialmente para comprender los antecedentes económicos del proceso de ocupación y reparto de miles y miles de hectáreas de campos.

Por aplicación de la Ley 947 se beneficiaron 391  personas con 8.547.817 hectáreas repartidas en La Pampa, Rio Negro y Neuquén. Por la ley de remate público del 3 de diciembre de 1882, 5.473.033 hectáreas fiscales y patagónicas fueron devoradas por los especuladores. Lo mismo ocurrió con las 820.305 hectáreas fiscales cuya propiedad reconocerá a un escaso centenar  y medio de personas la ley de derecho de posesiones.

A su vez la ley de premios militares del 6 de septiembre de 1885 libró a favor de 441 personas la cantidad de 4.679.000 hectáreas en La Pampa, Rio Negro, Neuquén, Chubut y Tierra del Fuego, lo que suma 16.821.664 hectáreas de tierras fiscales transferidas al dominio privado en plazo de muy pocos años.

En su ya clásico, “La Burguesía Terrateniente Argentina”  Jacinto Oddone, afirma que las leyes que se dictaron con posterioridad a la Campaña al Desierto enajenaron en realidad 32.006.421 hectáreas, con la aclaración que de que 24 personas recibieron parcelas que oscilaban entre las 200 mil y las 680 mil hectáreas.

Según Jorge Paz, en su obra la Conquista del Desierto, el cacique Namuncurá y su gente recibieron unas 20 mil hectáreas sobre la margen derecha del río Negro por la ley 309. Los caciques Pichihuinca y Tripailaf apenas 6 leguas por las leyes 3154 y 3369 en La Pampa Central, y el cacique manzanero Sayhueque 12 leguas en el Chubut. La desproporción y el drama están a la vista.

El juego de alianzas electorales  contra el FPV

Con el resultado electoral a la vista, por aquello tan simple como contundente de que la verdad es la única realidad -un juicio que viene de la Grecia clásica y no de las referencias de Juan Domingo Perón- las fuerzas de la oposición al denominado “sorismo” se enfocarán ahora en el análisis de los resultados comiciales en Río Negro para a apreciar el futuro.

Y por supuesto para interpretar su inescindible contexto con los números provenientes del orden nacional -especialmente de los grandes distritos y la provincia de Buenos Aires-, cuyos resultados según la mayoría de los analistas, adjudican un triunfo al oficialismo de Cambiemos sobre la ex presidente Cristina Fernández de  Kirchner y su Unión Ciudadana, y consecuencias en el peronismo.

Aquí en Rio Negro las predicciones tienen un signo contrario porque la estimaciones que parten de los guarismos del 13 de agosto sobre todo, y las últimas consultas, no hacen más que reconocer que el FPV continúa en un  privilegiado primer lugar, manteniendo y/o aumentando el caudal de sufragios obtenidos, asegurando la futura presencia de María Emilia Soria en el congreso de la nación.

De todas maneras este recuento globular, permite afirmar que se descuenta un auspicioso aumento de los votos de Cambiemos -algunos pronósticos son demasiado optimistas- que asegura el acceso de Lorena Matzen  a la cámara baja del parlamento, y el resultado una interesante plataforma para disputar con posibilidades la gobernación  en el 2019.

Precisamente ese el objetivo de la plana mayor de Cambiemos, y desde el más alto nivel del PRO y la UCR sumar los mayores esfuerzos para convocar fuerzas aliadas en una estrategia común, e impedir que el actual titular del PJ logre  llegar a la casa de gobierno en Viedma. No hay eufemismos para ocultar esta dura realidad.

Será esa la estrategia principal que se cumplirá en estos dos próximos años.

El primer paso en ese sentido estuvo a cargo del gobernador Alberto Weretilneck, quien liberó a 68 mil votantes de JSRN para favorecer principalmente a Cambiemos, hoy el adversario principal del FpV.

Al mismo tiempo replanteó su relación con Balcarce 50, que puede desembocar en una convergencia electoral, aunque al gobierno no le agrada menear este tipo de anticipos, después de las contradicciones sobre la instalación de la planta nuclear en la provincia.

Estos movimientos de Weretilneck tienen distintas miradas desde el interior de su mismo gobierno y de JSRN, y se intuyen cada vez coincidencias con el más alto nivel oficial, pero se considera muy difícil que de concretarse algún acuerdo, haya deserciones en el proyecto oficial.

No obstante algunas diferencias de apreciación que existen sobre este tema, nada tienen de disruptivas, y se insiste que en la ecuación gobierno-partido oficial, nadie tiene vocación suicida, como la “de abrir las válvulas de seguridad para que el barco se hunda con todos sus ocupantes”, frase ya célebre que se le atribuye a un ex gobernador radical dicha a un opositor en el marco de una feroz interna.

En el gobierno parece imponerse la generalizada creencia que se deben atender en esta coyuntura verdaderas razones de estado, relacionadas con la marcha de la administración y la necesidad de mantener cercanías con el gobierno nacional, cuidando la gobernabilidad, previendo los tiempos difíciles que puedan presentarse.

Y nadie pretende jugar actitudes testimoniales inconducentes que no fortalezcan la estabilidad del gobierno o impidan ser partícipes del entramado político de alta competencia que ya comenzó.

Entre esas previsiones de indisimulable pragmatismo no faltan quienes se preguntan si la decisión enviar a Matías Rulli a revitalizar JSRN tuvo el carácter de encargarle una misión de envergadura, o a un mero entretenimiento para el ex secretario general de la Gobernación.

Algunos de los operadores del gobernador, como el legislador de JSRN Facundo López, apoyan la tesis de acelerar los tiempos para un entendimiento político  con el “macrismo”. En este sector también transita Daniel  Sartor, y según se sabe lo hace como radical y dirigente de Cambiemos, y en su carácter de muy allegado al mandatario provincial.

“El Fino” dejo de lado su ocultismo de otrora, y hoy se muestra con soltura en los lugares públicos, preferentemente con periodistas y dirigentes partidarios, cultivando con esmero su papel de “gran titiritero” de la política provincial.

Sartor tiene experiencia y fue uno de los inspiradores de la denominada “Concertación Plural”, que primero fue programática y después electoral, entre el gobierno de Miguel Saiz y la administración de Néstor Kirchner, allá por el 2007. Claro está que hoy la situación política general es distinta.

De los resultados electorales saldrá favorecido Cambiemos, y algunas figuras del oficialismo amarillo, como el diputado nacional Sergio Wisky, apoyado por la intervención del PRO y el jefe de gabinete Marcos Peña, de quien es un cercano colaborador.

Wisky aparece como el actor de mayor perfil en este capítulo rionegrino, por el poder delegado de la Casa Rosada que detenta y ejerce. Este médico que sonó recientemente como ministro de Salud de la Nación, funciona como una especie de  “primus inter pares” en el ámbito de la coalición e interactúa con un grupo de dirigentes radicales. Hay gente en el PRO que le reconoce a Wisky vínculos en Buenos Aires y méritos para aspirar a la candidatura a gobernador de Río Negro.

Wisky además, es la cara visible de este proceso rionegrino, donde el PRO, sin alterar los equilibrios internos de la coalición y sus órganos naturales, intenta ejercer una especie de hegemonía en la conducción del espacio o es lo que se trasunta hacia afuera, aunque la organización de los comités y la estructura de afiliados son aportados por la Unión Cívica Radical.

Además se escuchan voces indicativas que el próximo candidato para ese cargo sería prohijado directamente desde la Casa Rosada, en base a informes reservados que se solicitan en distintas fuentes, tentativa de remedio que no es bien recibida y ya levantó criticas en el radicalismo, que aspira a un candidato propio y reclamará  como paso primordial consultas y consensos hacia adentro de la coalición.

Como dato relevante hay que tener en cuenta que la figura de José Luis Foulkes, el intendente de Viedma está siendo  muy valorada  en la consideración de los afiliados,  en el predicamento interno, como punto de referencia provincial y en ámbitos de la conducción nacional.

No hay que descartar que su protagonismo adquiera un perfil mucho más  activo que el mantenido hasta ahora. Wisky conoce y no pierde de vista estas realidades del radicalismo, y otras como las dificultades irresueltas que sobre lleva.

Entre ellas las resistencias que afronta el actual presidente Darío Berardi provenientes de grupos internos y los jefes comunales, protagonistas a medidados de 2016 de una especie de “alzamiento” contra la conducción provincial abortadas desde Buenos Aires.

Algunos presumen que Berardi aspira nuevamente a ser presidente del Partido y legislador provincial en el próximo turno, y se aprestan nuevamente para la lucha interna contra la conducción, que  se harán notar en la  renovación  de autoridades que se realizará en el 2018.

Se descuenta que Cambiemos cumplirá un rol clave en la construcción de las alianzas hacia el 2019  y  regulando el modo de acercamiento con el gobierno de Weretilneck y JSRN.

En cuanto a los entendimiento que se están ensayando, más allá de sus formas o nominaciones y su significación electoral, los ministros nacionales que transitaron por estos pagos en octubre fueron claros al significar que la máquina de tracción es Cambiemos y que a ella se podrán sumar quienes quieran, pero sin atajos.

Una manera de dejar abiertas las puertas para acercar posiciones y forjar entendimientos contemplando y las relaciones de fuerzas imperantes.

Ante un adversario como el justicialismo y sus aliados que han demostrado un contundente poderío electoral y que no será fácil vencer, este frente que pretende consolidarse es toda una posibilidad. (APP)