Las PASO en Río Negro: Sólo el FdT como opción ante la derecha neoliberal y un provincialismo transaccional/Por Claudio García

Viedma.- (APP) De las tres opciones con posibilidades en Río Negro de superar las PASO y acceder a alguno de los dos diputados nacionales que se disputarán en la elección general de noviembre, sólo el Frente de Todos (FdT) representa un proyecto nacional de raigambre más popular, con lazos con algunas de las políticas que llevaron adelante los gobiernos de Néstor y Cristina que, para mí,  condensaron los mejores esfuerzos del pueblo desde la recuperación democrática en 1983 para encaminar al país hacia mayores niveles de desarrollo e igualdad. Es verdad que a la administración de Alberto Fernández  le ha tocado gobernar en las peores circunstancias, primero por la herencia del desastre neoliberal que dejó el gobierno de Cambiemos –ahora Juntos por el Cambio (JxC) por esa intención marketinera de fugarse de la asociación con los resultados de los cuatro años macristas-, donde la principal expresión de esto fue el salto inédito del endeudamiento en dólares en relación al PBI, y después por una pandemia que trastocó los programas de gobierno de todos los estados e implicó priorizar la atención sanitaria y la contención social en un marco de fuerte retroceso de la economía real. Esto no quita reconocer que si hay desencanto por algunos aspectos de la gestión nacional en sectores de la población y en parte de la propia tropa, no sólo debe achacarse a la influencia de la continuidad del “periodismo de guerra” de los medios de comunicación hegemónicos junto a los embates de una oposición totalmente sometida a los intereses del establishment económico más concentrado, de adentro y de afuera, sino al perfil personal de Alberto Fernández y sus principales colaboradores que, a diferencia de la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina, pecan de cierta moderación e ingenuidad sobre la relación del estado con el poder económico real y el alcance de la puja de los intereses de clase. La amplitud de la alianza que sustenta a la administración nacional favorece esto, donde el kirchnerismo, a pesar del relato opositor, se contiene en el querer hegemonizar la conducción -una muestra es el protagonismo que tiene Sergio Massa-, entendiendo la complejidad de un presente atravesado por una pandemia que todavía arrastra una cuota de futuro incierto.

Con todas estas contradicciones y ese contexto de dificultades basadas en una pandemia que no puede quedar afuera de cualquier análisis –aunque la oposición de JxC lo hace- el FdT  constituye igualmente un gran salto respecto a lo  que atravesamos de diciembre del 2015 a diciembre del 2019, y la única opción electoral que tiene por lo menos una visión más nacional e igualitaria de cómo se pueden resolver los problemas de producción y desarrollo, así como de equilibrio entre los intereses corporativos y colectivos en base a una mejor distribución del ingreso y ampliación de derechos.

Los precandidatos del FdT en la provincia, Ana Marks y José Luis Berros, estuvieron en línea con los ejes de la campaña nacional y hubo contenido en su discurso, algo ya valorable entre la poca sustancia de los conocidos brulotes antikirchneristas de los precandidatos de JxC y el no menos pobre discurso provincialista de JSRN que ya cansa por su generalidad, eso de la defensa de los intereses rionegrinos, sin expresar cuáles son, contra la supuesta malignidad de los partidos nacionales, como si fuera posible gobernar algún país, no sólo Argentina, con un proyecto balcanizado por el tironeo de un sinnúmero de agrupaciones provinciales.

Marks por lo menos en lo que respecta a Río Negro pudo marcar algo esencial para valorar al gobierno nacional de FdT, que aún con todas las restricciones impuestas por la pandemia, en menos de dos años ya hubo más inversión en obra pública que durante los cuatro de Cambiemos/JxC: “Macri había paralizado la obra pública y hoy tenemos 16 mil millones de pesos de inversión del Estado Nacional en Río Negro. Por ejemplo las obras en las ruta 22 y 23 donde cada 10 días o 15 días inauguramos nuevos tramos de estas carreteras que son centrales para conectar nuestra provincia de este a oeste y para nuestro desarrollo”. Berros ha hecho hincapié también en el proceso de fuerte endeudamiento en dólares que se dio en la provincia desde el 2015, como resultado de los créditos obtenidos en esa moneda para llevar adelante el Plan Castello, que condiciona tremendamente cualquier proyecto de provincia a futuro e incluso el sostenimiento de los servicios esenciales básicos a cargo del estado. En su carácter de legislador impulsa junto a un par del bloque un proyecto que busca “prohibir el endeudamiento de Río Negro en moneda extranjera, emitida bajo legislación nacional o foránea, incluyendo las eventuales ampliaciones de los montos de esos programas u operaciones”, algo clave. Se fundamentó que el  proceso de endeudamiento de la provincia de Río Negro, en el período 2015-2020, muestra una tendencia creciente y coherente con los eventos acontecidos a nivel nacional, tanto en términos nominales como reales; la variación en términos reales -es decir, ajustando las variaciones nominales por la inflación acumulada-, del período 2015-2020, evidencia un incremento del 72% siendo las obligaciones nominadas en dólares la principal causa de este crecimiento.

JUNTOS POR EL CAMBIO

Respecto a Juntos por el Cambio (JxC)  hay una compulsa de tres listas para las PASO de este domingo. Dos llevan como principales precandidatos a radicales, Mario De Rege y Germán Jalabert, y la tercera al presidente del PRO y exintendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, que es la que en principio tiene más posibilidades de imponerse en esta “interna”.  Aunque la diputada nacional radical Lorena Matzen, que secunda a De Rege como segunda precandidata, dijo en declaraciones a la prensa que Tortoriello presenta un discurso más conservador, lo cierto es que los tres discursos se emparentan en lo sustancial, sin autocrítica del gobierno nacional que llevaron adelante con Mauricio Macri como presidente, salvo quizás Jalabert que por lo menos dice que el exmandatario nacional “no quiso o no supo” solucionar los problemas principales del país. Tortoriello y De Rege hacen hincapié en el relato tipo troll a que nos tienen acostumbrados “los halcones” de JxC, “frenar al kirchnerismo”, “defender la república”, “que el país no se transforme en Cuba o Venezuela”, etc. No hay más o menos discurso conservador en JxC, el radicalismo perdió con la alianza con el PRO cualquier resabio nacional y popular del legado Yrigoyenista y casi toda herencia progresista o socialdemócrata alfonsinista. Con el fanatismo de los conversos -algo que ya se vio con el peronismo en su época neoliberal menemista- se les ha hecho carne el discurso neoliberal macrista, repiten el adoctrinamiento diario de Clarín y La Nación, y no hay ningún planteo ni siquiera compatible  con un “capitalismo de rostro humano”. Nada de reformas progresistas a favor de los sectores populares y nada de ampliar derechos, no, todo eso es “populismo”, todo eso es la Argentina “planera”. Sólo hay defensa del capital y la propiedad privada. Ha sido muy claro esto en lo que hace a la realidad de Río Negro en la participación de toda la dirigencia de JxC, radicales, PRO, CC/ARI y  el “peronismo republicano” pichettista, en el  “1° Foro de Consenso en Bariloche” donde con la excusa de debatir el conflicto en la zona de Villa Mascardi  se ratificó una línea política de criminalizar las demandas de los pueblos originarios, el discurso “antimapuche” signó todas las alocuciones, similar a la que promovió la exministra Patricia Bullrich en el gobierno de Cambiemos. Allí quedó claro que se coloca  a la propiedad  privada por encima de todo otro derecho constitucional y que la visión del estado que hay ante los conflictos es bien neoliberal, “más estado represivo, menos estado social”.  Después he visto videos de campaña de De Rege-Matzen planteando esta absolutización de la propiedad privada, olvidándose de la propia historia del radicalismo en la provincia y a nivel nacional, ya que fue el gobierno de Osvaldo Álvarez Guerrero el que reconoció a los principios de la democracia recuperada a la Coordinadora del Parlamento Mapuche-Tehuelche de Río Negro y se creó por ley el Consejo de Desarrollo de las Comunidades Indígenas (CODECI), un organismo de cogestión entre las comunidades y el gobierno provincial, y nada menos que el expresidente Raúl Alfonsín motorizó la reforma constitucional donde al mismo nivel de reconocimiento de la propiedad privada se estableció el derecho al territorio comunitario y la preexistencia de los pueblos originarios, esto en correspondencia además a leyes y tratados internacionales a los que adhiere nuestro país. A Miguel Pichetto habría que recordarle además que si algo le queda de ADN peronista, fue precisamente la constitución del 49 que luego derogó “la fusiladora” la que estableció la función social de la propiedad y de la tierra. Pero más allá de esto lo que asombra de los precandidatos de JxC es que hablen sin ponerse colorados de inflación, falta de trabajo, empresas que se van del país, niveles de pobreza, etc., apuntando contra el kirchnerismo y el gobierno actual del FdT, cuando en realidad están describiendo prácticamente los resultados de su gobierno nacional del 2015 al 2019 que tuvo los mismos desastrosos resultados que todas las etapas de gobiernos neoliberales en el país.  En cuatro años endeudaron al país en dólares mucho más que en todos los años neoliberales de la dictadura y el menemismo, revirtiendo la liberación del FMI que logró el kirchnerismo a un sometimiento al organismo internacional como nunca antes. Fue pavoroso el retroceso del nivel de los salarios, de la participación de los trabajadores en el ingreso, e incrementaron significativamente la desocupación y sumaron entre 4 y 5 millones de argentinos al nivel de pobreza. El informe N°8 de CIFRA realizado por  Cecilia Garriga y Mariana González revela que por la catástrofe social de la pandemia en el 2020 la caída del ingreso laboral medio fue del 1,4%, pero del primer trimestre de 2018 a fines del gobierno de Mauricio Macri ese retroceso superó el 20%, y fue mucho más dramático en ese lapso en los salarios de los que menos ganan, de alrededor del 25%. Respecto a la evolución del salario real promedio del trabajo registrado desde 2015 al 2019, tomando un valor de 100 para 2015, ese salario cayó en 2019 a 87,5. Desde 2015 hubo además una continua transferencia de ingresos de los asalariados al capital. En 2016 esa participación había sido del 51,8% y descendió al 46,1 en 2019. Cambiemos/JxC no mejoró  ningún índice de los que dejó Cristina en diciembre del 2015, ni siquiera el del déficit fiscal, y la inflación la llevaron a la puertas de una híper, del 49 y el 54% en el 2018 y 2019, respectivamente. Alberto Fernández por lo menos en lo que respecta a inflación puede argumentar la atipicidad de la pandemia y su tremendo impacto en la economía. Pero el actual gobierno ya ahora, aún con pandemia, puede presentar mejores niveles de actividad económica que Macri en el 2019. Y todo esto no es relato. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en julio último  la producción industrial fue 5,6% mayor a la de julio de 2019 e incluso 3,8% mayor a la de julio de 2018. El gobierno del FdT puede mostrar además que cumplió con algunas de las promesas claves de campaña, por ejemplo, la gratuidad de los medicamentos para afiliados al PAMI, algo no menor, y la suba del piso de Ganancias a un nivel que sólo lo pagan hoy sectores laborales prácticamente “privilegiados” en sus ingresos. ¿Qué promesas de campaña cumplió en cuatro años el gobierno de Cambiemos/JxC? Las pocas propuestas hacia adelante de los precandidatos de JxC llevan también el sello neoliberal, no quieren un país y una sociedad con mercados, quieren un país y una sociedad de mercado, por eso repiten las mismas consignas que durante el menemismo y el macrismo, que sólo se generará trabajo desregulando al mercado de toda intervención estatal, bajando impuestos a los ricos y flexibilizando las leyes laborales, olvidando que en esas dos etapas, que sostuvieron esas recetas, aumentaron la desocupación y  quebraron a miles de PyMEs del sector industrial y comercial, mientras que durante el kirchnerismo, con un modelo opuesto, bajó significativamente la desocupación y se fortaleció el mercado interno.  Por supuesto que no se habían solucionado todos los problemas, pero había una senda de desarrollo y mayores niveles de igualdad, camino que más claramente puede retomar el FdT superada definitivamente la pandemia, pero lo que no cabe duda, y a las pruebas de la historia me remito, es que todo programa neoliberal como el que sigue impulsando Cambiemos /JxC apunta a empobrecer a las mayorías populares y concentrar ingresos y riqueza en ese establishment de los más ricos.

JSRN

Muy pobre la campaña de JSRN, el único eje es el discurso ya señalado  de “lo rionegrino” contra “lo nacional”, y la apuesta “transaccional”, cambiar un eventual voto en el congreso para conseguir algo del gobierno nacional. Ese es todo el federalismo que se busca, una cuota de poder en el congreso para encontrar respuestas no ya a los intereses rionegrinos, que no se dicen cuáles son, sino a los intereses del gobierno de JSRN.  Porque lo cierto es que si bien es necesario un proyecto provincial y que se defiendan los intereses rionegrinos, lo que define una mejor o peor situación de Río Negro como de cualquier provincia es el proyecto nacional, las políticas macro. Esto de que es lo mismo para Río Negro  que gobierne el FdT o JxC, como que fue lo mismo el kirchnerismo que el macrismo, no se sostiene con ningún dato de la realidad. ¿Dónde están las obras del Plan Patagonia de Macri? ¿Hubo alguna? ¿No se acuerda Alberto Weretilneck que al tremendo endeudamiento en dólares  por el Castello le sumó el endeudamiento para poder sostener los gastos corrientes?  Generalizar que porque son nacionales los partidos o las coaliciones tienen el mismo resultado al momento de alcanzar el gobierno resulta por lo menos infantil, porque queda afuera la ideología, el programa, el proyecto de país al que se apunta, no es lo mismo la izquierda que la derecha, un gobierno que asume el mandato de ampliar derechos y no tomar medidas que perjudiquen a los sectores populares, que otro que  quiere quitar derechos con el objetivo de ampliar el poder político de los poseedores del poder económico. No es lo mismo un modelo que busque reactivar la economía real, el mercado interno y reindustrialice, que otro de endeudamiento y ajuste económico basado en las recetas internacionales del neoliberalismo. Por otra parte, con esto del provincialismo, ¿dónde queda la historia nacional? ¿la memoria colectiva del pueblo? ¿las luchas y las conquistas populares? ¿los mejores legados del socialismo, del progresismo, del peronismo, del radicalismo? Un proyecto de país de mayor desarrollo e igualdad sólo se alcanzará si es poroso a todas esas mejores tradiciones de raigambre popular que son nacionales. En última instancia, nadie impugna que exista JSRN, como existe el MPN u otro partido provincial, pero sí el falso discurso que la salida a los problemas nacionales surja de una coalición de agrupaciones distritales, y mucho más, cuando no tienen programas ni ideología, sino que las rige el pragmatismo de la negociación transaccional con el poder central de turno. Fuera de ese discurso general provincialista, el único contenido de propuesta concreta, ideológica, que hizo el precandidato a diputado nacional de JSRN, Agustín Domingo, curiosamente se emparentó a la que está levantando JxC y el establishment, revisar las leyes laborales para flexibilizar. De hecho, JxC ya transparentó además a través de un proyecto y la palabra del futuro candidato a presidente del espacio Horacio Rodríguez Larreta que hay que eliminar la indemnización por despido.  Aquí debo reivindicar la propuesta que levanta la izquierda en general –el FIT y el Nuevo MAS- de reducir la jornada laboral en nuestro país y repartir el trabajo existente, que se emparenta con las experiencias exitosas que se aplicaron en este sentido en países como Islandia, Francia, Suecia y Nueva Zelanda. Las propuestas de que facilitando el despido se va a generar más trabajo, o que habrá más y mejores salarios eliminando las negociaciones colectivas y recortando los derechos laborales, dejando el campo orégano a la voluntad del empresario, son reaccionarias y falsas. (APP)