Próxima reunión del grupo político Viedma en El Cóndor, previa al encuentro en Cipolletti

 

Viedma.- (APP) -Por Omar N. Livigni- El balneario “El Cóndor”, la villa marítima contigua a la capital provincial, volverá a su histórica costumbre de convertirse en escenario de reuniones políticas donde invariablemente siempre se trataron en un ámbito discreto cuestiones inherentes  con el funcionamiento de los partidos  o temas referidos a la marcha de la provincia y el país. Hasta no hace mucho tiempo atrás  el punto de referencia de este tipo de encuentros fuela residencia del senador nacional Miguel Pichetto, antes y después que fuera presidente del peronismo rionegrino.

No hay que olvidarse que impulsaron también este tipo de tenidas el gobernador Alberto Weretilneck y funcionarios del oficialismo a modo de “retiro espiritual”, tal como lo hizo recientemente el presidente Mauricio Macri en el complejo turístico de Chapadmalal.

Ahora en estas  calurosas jornadas veraniegas, la promoción de este tipo de reuniones fue asumida por el denominado “grupo Viedma”, un conjunto de dirigentes locales pertenecientes a distintas entidades partidarias que vienen dando señales inequívocas que pretenden buscar un  nuevo lugar en el espectro político provincial.

Ya han fijado una fecha para reanudar las deliberaciones que se realizaron en distintos domicilios  particulares, en Viedma, y se aprestan a cumplir con la próxima cita – que será la cuarta consecutiva-que tendrá lugar en “El Cóndor, ”en los próximos días, seguramente sobre el 15 del corriente.

Los comensales que comparten estos compromisos responden a un listado que se mantiene sin variantes desde la jornada inaugural, salvo ausencias circunstanciales: Bautistas Mendioroz, Fernando Chironi, Pedro Casariego, Mario De Rege, Remo Costanzo, Gustavo Costanzo, Roberto Brussa, Ricardo Vélez ,  José Luis Rodríguez, y Juan Carlos Vallés entre otros. Las procedencias comprenden a  radicales, ex radicales, justicialistas, PRO y hasta independientes que comparten la mesa común.

Habrá esta vez un temario mas exigentes que en otras oportunidades y seguramente se afilarán las posiciones políticas que se expondrán en Cipolletti,  reunión que posiblemente  signifique el inicio de un capítulo que todavía está por escribirse.

Claro está que si los orígenes son muy distintos e inclusive entre algunos de ellos hubo profundas desavenencias en años no muy lejanos, hoy los congrega la identificación que en líneas generales exhiben con las políticas del gobierno nacional que encabeza Mauricio Macri. Toda la movida que viene, más allá de sus resultados finales, tiene sus antecedentes.

Tal vez el más importante es la comida en la que actuó como anfitrión el radical Roberto Rulli, donde por sugerencia de Bautista Mendioroz, a través del abogado diego Vázquez, se logró convocar al intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, a su vez dirigente y afiliado del PRO, seguramente la figura mas representativa que tiene el partido que se identifica con el color amarillo en la jurisdicción provincial.

La presencia de Tortoriello en la capital provincial supero el carácter una mera visita social o de circunstancia.

El empresario cipoleño aprovechó el convite para  mostrarse como un dirigente provincial cuyas miras futuras no se circunscriben únicamente a la ciudad que gobierna, ya que aspira a un rol más amplio e incluso llegar a la gobernación de Río Negro, objetivo este último que se comenta en voz muy baja.

Un detalle que no pasó inadvertido para los observadores es la autonomía funcional de Tortoriello, tanto del gobierno provincial como de los niveles de decisión del PRO. Seguramente es sabedor que eso es lo que corresponde cuando se sobrepasan los límites de la empresa privada y hay que gestionar las cuestiones públicas y los asuntos políticos .Y cuando se pretende liderar procesos.

Esto es lo se apreció en la reunión de Viedma, sobre todo cuando  aceptó en forma decidida el ofrecimiento de actuar como representantes del grupo dirigente que lo convoco, ante los niveles nacionales del gobierno y el oficialismo partidario y de organizar una reunión similar, pero de mayores alcances en Cipolletti,  la que tiene como fechan inamovible-según dijeron- el 27 de enero.

Tampoco tuvo reparos en buscar y lograr una reunión con el intendente de Viedma José Luis Foulkes donde se  hablo de política con todas las letras y sin reservas, y de la disyuntiva Cambiemos, charla inicial que se ha visto sucedida por otras  telefónicas y personales, que demuestra un buen entendimiento entre ambos dirigentes en forma directa y sin intermediarios.

La reunión de Cipolletti servirá como muestra del poder de convocatoria de este intendente del PRO convertido por obra de las circunstancias y la falta de jefaturas políticas indiscutidas en referente de un conjunto de actores alejados de sus estructuras partidarias y de otros comprometidos con ellas, como ocurre con radicales y macristas, en la búsqueda de un camino  común que podría ser el de Cambiemos. A partir de entonces habrá que ver como juegan sus fichas los partidos que potencialmente integran la coalición, como se van acomodando los intereses de los distintos sectores, si se constata en los hechos el espíritu  de forjar un proyecto político abarcativo por sobre secundarias diferencias.

Fuentes muy cercanas a Tortoriello, ratificaron que este “modus operandi” del intendente se repetirá en distintas regiones de la provincia, ampliando la convocatoria no solo a las agrupaciones políticas, sino también a las entidades representativas de la sociedad rionegrina.

El jefe comunal, como todos sus  contertulios apuntan a la fundación y consolidación de Cambiemos, arquitectura que todavía brilla por su ausencia,  y que consideran imprescindible para acoplarse a las estrategias nacionales del macrismo para afrontar los desafíos políticos que vienen en este novel  y complejo año de 2O17. ¿Es Tortoriello un candidato a gobernador en potencia?

Se trata de un interrogante prematuro, si se considera que el juego político-electoral recién empieza, pero es una figura emergente que demuestra ganas de protagonismo y sobre el que recaen muchas expectativas de quienes  están a la búsqueda de nuevos liderazgos.

Debe demostrar que además de estar predispuestos para ser, debe demostrar que puede ser, por aquello tan simple de “que no es para todos la bota de potro”. Y que no es lo mismos conducir al éxito a una empresa que tiene centenares de camiones, que llevar adelante un proyecto político donde la mayoría de las veces los rigores de la economía y las finanzas no son los factores primordiales. Y surgen otros elementos primordiales para su sabia ponderación.

La prueba de fuego para Tortoriello será ganar las elecciones a diputados nacionales en Cipolletti, donde es el jefe político de la ciudad, y tiene a su favor el aparato del estado comunal .Su principal adversario será sin duda Alberto Weretilneck que no se resignará a resultar perdidoso en ese pago, del que es hijo adoptivo y donde fue ocho años intendente y necesita un buen resultados en los conglomerados urbanos importantes de Río Negro, por aquello de que no hay 2O19  sin 2O17.

La figura de Tortoriello no pasa desapercibida para la dirigencia política que observa con atención los desplazamientos y las intenciones de alguien que  no proviene del sistema de los partidos, llega dese del sector de los empresarios privados, carece de  controvertidas historias del pasado y sabe utilizar su imagen de que representa algo nuevo para la sociedad en contraste con la tan desgastada nomenclatura dirigencial de la actual contemporaneidad rionegrina.

Precisamente y no por casualidad Tortoriello fue invitado a una reunión reciente celebrada en Chimpay, donde compartió deliberaciones comunes con  dirigentes de la UCR y el PRO. Lo más rescatable de esa asamblea, aunque sin que haya habido importantes avances fue  la elaboración de  un comunicado conjunto donde se exhorta a las fuerzas políticas a constituir con urgencia la coalición Cambiemos. Lo cierto es que la historia no espera, y los tiempos junto con los hechos van signando a sus protagonistas, los que se ubican a favor de las tendencias en marcha y los que no interpretan  con claridad sus señales.

Es público que el logro de este objetivo, ya demasiado conversado y que ha demandado innumerables reuniones anteriores  se ha convertido en un problema circular, sumando buenas intenciones y debates sobre la metodología organizacional de la alianza, pero todavía parece estar lejos  de lo que Hipólito Irigoyen describía como “las efectividades conducentes” que en definitiva, como los resultados, son las  que realmente valen y definen en el pragmático terreno de la política (APP)