Un día de programación en LU 15 Radio Viedma en el año 1978/Por Carlos Espinosa

Viedma.- (APP) LU 15 radio Viedma está cumpliendo 60 años en el aire, contados desde aquel 15 de mayo de 1963 cuando arrancaron sus emisiones en la pequeña casa de calle Rivadavia 336, enfrente del hospital.

Mis recuerdos más antiguos, con respecto a LU 15, se remontan al otoño de 1967, cuando llegué a la capital rionegrina con mis padres. Ese día era 22 de abril, aniversario fundacional, y a eso de las cinco de la tarde escuché la voz de una correcta locutora, tal vez Mirta Liccardi, anunciando el concierto coral de esa noche, en el cine San Martín. Me gustó la idea, entusiasmé a mis progenitores, y allá fuimos. ¡Gracias a LU 15!

Hago un salto en el tiempo, hasta este mismo mes de mayo, pero del año 1978. Había retornado a Viedma, después de algún tiempo en la ciudad de Buenos Aires en donde tuve la oportunidad de realizar mis primeras experiencias radiofónicas, en emisoras tan distintas como la pequeña Antártida, la formal Nacional y la impactante Rivadavia, líder de audiencias por entonces. Me presenté en LU 15, que por entonces funcionaba en Garrone 58, y con total frescura me ofrecí para conductor de programas. El propietario era Jorge Hernán Romero (hijo de uno de los fundadores de la emisora, Reyes Romero) y la dirección estaba a cargo de Tomás Gurmandi, excelente fotógrafo que también ejercía labores de periodismo. Me aceptaron (creo que llevados por la urgencia de cubrir la vacante ocasionada por la renuncia de José Luis Blanco, que hasta pocos días antes se desempeñaba como informativista) y el día 16 de mayo, inmediatamente después de los festejos del 15° aniversario, comencé mi labor, con medio turno de 20 a 23,10, de lunes a viernes, y horarios rotativos cada dos fines de semana.

Mi tarea era organizar y leer al aire el informativo de las 20,30; el panorama de 21 a 22 y el informativo de las 23. En el turno anterior estaba Arturo Vinent, que compartía tareas conmigo hasta las 22, es decir que el armado y lectura del “Panorama informativo gigante de LU 15 Radio Viedma” tenía dos responsables.

Trataré de recordar cómo estaba estructurada la programación de LU 15 radio Viedma en aquel mes de mayo de 1978, pido disculpas por errores y omisiones, invito a los amigos memoriosos a hacer sus aportes complementarios.

El primer programa era de noticias y música, después que a las siete en punto el operador Olegario Rodríguez ponía al aire la marcha militar “Avenida de las Camelias” (en disco de vinilo, de 33 rpm, por supuesto). La voz informativa de la  mañana era la de Daniel López Holgado, que seguía en el área de noticias hasta las 13.

De 8 a 9 salía al aire el programa de música y dedicatorias de Héctor Celis, acompañado por su esposa María Ángela, que a veces leía algunos avisos.  A las 9 llegaba César Currulef, con una audición de temas varios que se identificaba, como cortina de apertura, con el tema musical “Concorde” por la orquesta de Frank Pourcell.

Entre las diez y las doce y media, lo que ahora se llama el “prime time”, LU 15 difundía “Gente de radio”, programa magazine con la conducción de Oscar Eduardo Díaz, y comentarios de temas de actualidad a cargo de Alberto Ricaldoni.

Desde las nueve la locución comercial era responsabilidad de Alicia Rocha, que seguía frente al micrófono hasta las 13.

Entre las 12,30 y las 13 había un panorama de noticias con López Holgado y Ricaldoni. La lectura de los cables de teletipo de la agencia Télam y de los partes de prensa enviados por organismos oficiales se enriquecía con notas grabadas en cassette, que realizaban los mismos informativistas en actos que se realizaban en casa de Gobierno o alguna conferencia de prensa u otro organismo.

A las 12,55 se difundía un micro programa de cinco minutos, de temas varios y generalmente curiosos, titulado “Ocurrió y es importante” escrito y conducido por Edalberto Ferrari.

Después de las 13 el operador de turno tarde, Tito Cerda, quien también era responsable de la discoteca de la radio, ponía en el aire una selección de temas variados (siempre en discos de vinilo, por supuesto), en tanto que la locución comercial (casi enteramente en vivo, con algunos pocos spot grabados) la realizaba Carlos Alberto Frases.

A las 17 recomenzaba la rutina informativa. En realidad la oficina del noticioso estaba ocupada desde más de media hora antes por el jefe de esa importante sección de la radio: Armando Antonio Francioni, poniendo papeles en orden, seleccionando el momento justo de una grabación en casete para acercarla al operador. A las cinco en punto, tras la cortina de una de las inolvidables Marchas de Souza, la inconfundible y clara voz del maestro Francioni anunciaba el comienzo del “Panorama informativo de la tarde de LU 15 radio Viedma, con noticias locales propias, nacionales y del exterior de la agencia Télam”. Los primeros dos minutos eran para difundir los datos del tiempo, a través de la información que, poco antes, había solicitado telefónicamente a la estación del Servicio Meteorológico Nacional en el aeropuerto Gobernador Castello.

Después de indicar la temperatura, humedad, vientos y estado del cielo, don Antonio Armando hacía una pausa de cinco segundos, como para que el marco de silencio impusiera respeto y atención. Sabía que la numerosa e incontable audiencia de LU 15 (la única radio en transmisión en más de 200 kilómetros a la ronda) estaba pendiente del capítulo de noticias que comenzaba en ese momento.

Francioni tomaba aire y con el estilo solemne que tantas veces había usado en los actos patrios escolares, durante su larga carrera docente, anunciaba: “Falleció en Viedma a los tantos años don Fuano de Tal, sus restos velados en Mitre 635 recibirán sepultura….”

El momento y la puntualidad de estas breves pero conmovedoras noticias fúnebres era de gran importancia, tal como el propio Francioni me lo explicó la primera tarde que concurrí a trabajar a la radio. “Asistir al velatorio para dar el pésame a los familiares del o la difunta es una obligación inexcusable para los parientes, compañeros de trabajo, amigos y vecinos de la persona fallecida. Generalmente se concurre antes o después de la cena, así que si nosotros damos la noticia a las cinco la gente ya puede prepararse para ir al velatorio, por eso este servicio de la radio es muy importante”. Y en efecto era muy común que alguna persona que no hubiese estado pendiente del panorama de las 17 llamase a la radio por teléfono: “perdón: ¿me podrían decir quién es el difunto que están velando?”.

Después del panorama de media hora de noticias (de todo tipo, claro) vovía al micrófono el locutor y animador Héctor Celis, con un programa de música folclórica: “Huellas patagónicas”.

Celis era muy popular por la organización y conducción de grandes bailes. Durante muchos años fue el responsable de las famosas tertulias bailables de los domingos a la tarde en el club Emilio Mitre, actual Deportivo Patagones. Durante la puesta al aire de su programa vespertino era habitual que, con la eficaz tarea del operador Cerda y la colaboración de otro operador, Oscar Panetta, que entraba en turno a las 20, grababa los avances promocionales para esos bailes domingueros. Así que el eslogan “Divertite bailarín, este domingo en Emilio Mitre” resonaba fuerte en el estudio y cabina de operador.

A las 19 entraba el locutor Daniel Eduardo “el ruso” Fridkin, que por la mañana trabajaba en el poder Judicial, donde completó una larga carrera, y en cumplimiento de las estrictas normativas tribunalicias  había sido autorizado para cumplir tareas radiales a través de una acordada del Superior Tribunal. “Yo soy locutor con permiso de los jueces” bromeaba Daniel.

A las 20 ya estaba Panetta a cargo de los controles, y otra marcha estridente marcaba el inicio de uno de los programas más esperados (tal vez el más esperado, sin vueltas) que se llamaba “Tribuna Deportiva” y conducían Galo Martínez y Hugo Raúl Demicheli, con panelistas invitados como Quique Biagetti y otros. Durante una hora se desmenuzaba toda la información deportiva regional y local, casi todas las noches con protagonistas invitados.

Galo, que también ejercía el periodismo en el diario Río Negro y en el canal de cable Televiedma, llegaba muchas veces apenas un rato antes, con un montón de apuntes en la mano, despeinado y vestido informalmente. Demicheli, en cambio, llegaba a la radio media hora antes, con saco, camisa y corbata, bien perfumado como recién salido de la ducha. Apenas entraba a la radio pasaba por la oficina de informativo y tomaba la tablilla con los avisos fúnebres (que tanto recomendaba Francioni) “¿Quienes son los fiambres de hoy, che?”,preguntaba con humor negro.

De 21 a 22 era mi labor especial. “El panorama informativo gigante de Lu 15 radio Viedma”, que anunciaba Daniel Fridkin con énfasis sonoro. Algunas veces estaba acompañado por Arturo Vinent que tenía a cargo los informativos de las 19,y 19 y 30. Fridkin leía los tanderos y Panetta mandaba al aire algunas promociones de la radio y algún aviso estatal grabado (recuerdo que eran novedosos los avisos de la secretaría de Turismo, publicitando a Bariloche como destino para visitantes internacionales después del Mundial de Fútbol que se jugaría en el país un mes después).

Una hora de noticias parecía eterna, pero si embargo transcurría rápidamente, matizada con notas grabadas que habían producido los informativistas de la mañana.

Cuando terminaba el panorama Daniel Fridkin se marchaba, y ya estaba en el estudio Oscar Eduardo Díaz, muchas veces con equipo de deportes porque recién salía del gimnasio de Pedersen (en calle Colón a metros de Buenos Aires) , ya dispuesto  para conducir “Gente en la noche”, programa musical de novedades y éxitos internacionales.

A veces Panetta enganchaba dos o tres temas seguidos y eso daba lugar a la charla distendida con Oscar Díaz, a micrófono cerrado. Entre las 22 y las 23, cuando tenía que poner en el aire el último informativo del día, mi mayor preocupación era sacar de la teletipo de Télam la lista del sorteo de la lotería de esa noche (a veces la Nacional, otras la de provincias) porque toda la gente que jugaba a la clandestina (los quinieleros sobre todo) permanecían expectantes sobre el tema. Algunas noches había tormentas eléctricas, que afectaban la sintonía del sistema de teletipo (tengan en cuenta que no existía la internet, todo era por radio, que transmitía impulsos que se convertían en palabras) y ese problema hacía que los números sorteados salieran mezclados con letras. Por ejemplo el 16751, podía salir como 1a7rt! ¿qué hacer, cómo tener ese dato tan esperado por la audiencia?

Para esas y otras emergencias teníamos un buen receptor Noblex Siete Mares, un aparato de radio grande como una conservadora de hielo, que estaba siempre sintonizado en LU 2 radio Bahía Blanca. Lo encendíamos, estábamos atentos al boletín de las 22,30 y listo… los oyentes de LU 15 tenían la lista completa de los diez primeros números ganadores.

A las 23,07 (dos minutos después de terminar el último boletín) me despedía de los dos Oscares (Díaz y Panetta) y de algún ocasional amigo que pasaba por la radio y me volvía para casa.

La transmisión de LU 15 seguía hasta las 24, cuando el cierre era, nuevamente, la “Avenida de las Camelias”.  Recuerdo que esta crónica está referida a la programación de LU 15 sólo en el mes de mayo de 1978, de lunes a viernes. (APP)