Villa Regina: María Emilia Soria y la estrategia vidaliana/Por Mario N. Russo*

 

Viedma.- (APP) A nadie escapa que María Eugenia Vidal fue la protagonista indiscutida de las elecciones legislativas bonaerenses del 2017. Salvo que algún incoherente sostenga el argumento del desborde carismático de Esteban Bullrich o Graciela Ocaña, por citar las cabezas de listas en la boleta triunfadora de Cambiemos, no quedan dudas de que la figura que se cargó la elección al hombro fue la de la gobernadora bonaerense. Le ganó a una expresidenta, y aunque de momento todo el mundo diga que era un resultado obvio, un día antes de las elecciones no lo era.

En ese mismo 2017, en la provincia de Río Negro, María Emilia Soria (FpV) pulverizaba en las PASO al partido del gobernador y a Cambiemos, sumando más votos que los dos juntos. A consecuencia de esto, el mandatario provincial apostó a unir sus fuerzas con los amarillos, bajando a su candidato de la contienda. El resultado fue el mismo: ganó la candidata roquense, la hija del exgobernador Carlos “el gringo” Soria, la hermana del intendente Martín Soria.

Probablemente se pregunte el lector, ¿qué tiene que ver M. E. Vidal con M. E. Soria? Mucho, mucho tienen que ver.

El peronismo no sabe para adonde ir, se junta por todos lados, la mayoría son hombres, la mayoría tienen 60 años, algunos más todavía. Insultan a Durán Barba, le dicen que se tiñe, mientras ellos usan pelo postizo y pierden elecciones. Dicen que hay que modernizar la política y suben a un escenario a 7 hombres y ni una sola mujer (UMET, encuentro por la unidad), 10 hombres y ni una sola mujer (Gualeguaychú), 6 hombres y una mujer (San Luis). Ah, jóvenes ni uno, porque los jóvenes están en La Cámpora y en las fotos mucho no estarían apareciendo.

El elector está feminizado y hace un culto a la juventud, pero al parecer tienen que pasar cosas allá lejos, donde los medios metropolitanos no llegan, en Río Negro. Allí triunfó María Emilia Soria en las legislativas del año pasado. Una mujer joven, mujer y joven, linda pero no tanto. Esa descripción le puede corresponder a la gobernadora bonaerense tranquilamente.

Al parecer, los peronistas de Río Negro entendieron -seguramente sin leer a Durán Barba-, que la gringuita Soria -mujer, joven y linda, pero no tanto- tenía que acompañar al candidato a intendente de Villa Regina, Carlos Vazzana, y así lo hizo. La gráfica del equipo de campaña la muestra a ella sonriente y femenina junto a él, un tipo ya grande, calvo, con un lenguaje corporal que ni fu ni fa; pero al lado de ella, un actor de reparto con posibilidades de triunfo, un Esteban Bullrich bah.

Y ganó, claro que ganó. El FpV ganó en Villa Regina hace unas pocas horas, dándole un ejemplo a todos los peronistas del país de que la cosa va por ahí. Proporcionándole una muestra también al senador Pichetto, de que es hora de pensar en un cargo honorífico (una entidad bancaria, una embajada, una última mojada de medialuna); brindando un ejemplo también a Martín Soria, de que los machos alfa no les caen bien al nuevo elector, y es mejor que junto a los candidatos y candidatas de su espacio camine su hermana, si quiere llegar a gobernador el año próximo.

Para que quede claro, la comunicación política de campaña se profesionalizó. Para ganar es necesaria una disciplina metodológica que no se encuentra en el bombo y los cánticos, se necesita investigar (encuestas), estudiar comunicación no verbal, planificar acciones psicométricas en redes, viralizar contenidos. Si las encuestas dicen que los electores prefieren a las mujeres, por su horizontalidad empática en el trato, candidatear machos alfa es un error.

Si los electores hacen un culto a la juventud, los cabellos blancos no estarían siendo muy positivos para un dirigente. Se trata de ganar, así lo entendió Durán Barba en el 2017 cuando depositó toda su confianza en Vidal, y así lo hizo María Emilia Soria acompañando al candidato vencedor de este domingo. Felicitaciones. (APP)

*Politólogo, especialista en Comunicación No Verbal (Universidad Austral)