Viedma.- (APP) Un sueño de muchos productores y chacareros conesinos (más de cuarenta) que pasó a tener aroma y sabor, reflejos y percepción de la naturaleza propia de este valle. Ellos se apropiaron de ese sueño y lo hicieron realidad. Aromas frescos y afrutados, cuya levadura se entremezcla con nombres y apellidos.
Había una vez en Conesa , no hace muchos años atrás, un grupo de pioneros, soñadores del dulce néctar del vino. La mayor parte de ellos, comenzaron desde abajo, debajo de un parral que tenían en sus propias casas. Los parralcitos se convirtieron en unas «líneas» en el predio-quinta; luego, un día compraron más tierras y pudieron hacerse de una chacra, pequeña, mediana o más grande de acuerdo a sus posibilidades. Tuvieron que recurrir a las espalderas, los torniquetes y las cabeceras de ajustes, las despuntadas y atadas; tomaron personal para podar, las podas normales y las que había que hacer después de una helada grande para que retoñara la vid, despampanar, limpiar los surcos y regar, curar, cosechar, y transportar a las bocas de bodegas. Esos sueños crecieron con las uvas y vinos: barberas, uvas chinche, loca blanca, se recuerdan éstas entre las primeras variedades en la zona. Con el tiempo aparecieron otras variedades y nuevas alternativas como: semillón, cabernet, malbec, pino negro, merlot, tempranilla, syrah, pinot noir, bonarda, lambrusco. En variedades de uvas blancas se lograron vinos a partir de otras nuevas incorporaciones: sauvignon blanc, moscatel, semillón, torrontés, chenin blanc, pedro ximenes.
Un grupo de chacareros, un día propuso juntarse.
La idea era mejorar la producción, precios y dividendos. Se necesitaban capitales para adquirir tierras, equipos y maquinarias específicas , y levantar una bodega «mediana» pero en vista a ampliarla con el tiempo y las ventas. Ese grupo inicial consiguió no sólo nuevos adherentes a la idea, sino consensos para poner el capital inicial, conformar una Cooperativa «con todas las de la ley» decían ellos mismos.
LOS CIMIENTOS
Busqué, indagué, hice un minucioso rastreo de los primeros pasos. Los encontré en testimonios orales y en el mensuario «El Garrote» del mes de mayo de 1963. Allí, en Noticias de la portada, éste título:»Bodega Regional». En efecto, en la misma se la comienza a intitular como un trascendido, y se la intitula como «Bodega Regional Cooperadora»_ En números anteriores había encontrado referencias generales a la intensa actividad vitivinícola de este valle, autoridades provinciales y nacionales que visitaban esta zona y alentaban la industrialización en mayor escala, puesto que conocían las once bodegas descriptas en mi nota anterior, sus capacidades, y veían que prosperaban los cultivos.
Vayamos a esta nota de portada: «Ha trascendido que un grupo de vecinos está trabajando en el sentido de lograr la instalación en nuestra Colonia de una Bodega Regional Cooperadora (las mayúsculas son del cronista). Es desde todo punto de vista elogiable tal actitud y esperamos que a la brevedad se concreten los primeros pasos de tan importante objetivo». A párrafo siguiente menciona «la recientemente visita de funcionares del gobierno provincial que examinaron atentamente estas posibilidades…» Sin duda alguna esto se hizo en el marco de los posibles terrenos a adquirir y créditos para la construcción. Más abajo se lee: «De acuerdo a ciertos informes la capacidad de dicha bodega estaría alrededor de un millón de litros ( esto superarí a a cualquiera de las mentadas en mi nota anterior). Y termina diciendo el redactor de la nota: «Lo positivo es que existe entusiasmo y que se está trabajando activamente». Dos meses después, y siempre basado en la misma fuente, bajo el título «Bodega Regional» leemos como nota de portada: «A punto de concretarse una vieja aspiración que ha de beneficiar a todos los productores de uva. Nos referimos a la instalación de una Bodega Regional organizada en forma de cooperativa, para cuya construcción se cuenta con el aporte material y técnico del Instituto Nacional de Vitivinicultura». Luego comenta el redactor de la nota que «se ha constituido una Comisión Provisoria, surgida de una Asamblea citada al efecto y cuyos componentes son los señores Joaquín Acedo, Jorge Assef y Juan Kreiber».
Interesantes son los datos aportados al citar una nota firmada por los nombrados y dirigida al Instituto Nacional de Vitivinicultura, ubicada en Avda. San Martín 430, Mendoza. Comentan en la misma sobre las 5.000 has. bajo riego, del desamparo en que se encuentra la comercialización de la vid, motivada por la falta de una bodega cooperativa oficial reguladora que adquiera la uva a los productores. Dicen los firmantes: «Hay en la colonia 120 productores de uva, que tienen una superficie en producción de más de 250 hectáreas de viñas de distintos tipos, las que han rendido este año más de 2.000.000 de kilogramos de uva… por ello en necesario que ese Instituto adopte las medidas tendientes la instalación de una bodega regional… a tal efecto sugerimos la visita del delegado de Río Negro ante ese Instituto, don Elio Rodríguez, acompañado por los técnicos que se estimen indispensables». (EL GARROTE,Año 111, Nº 37, julio de 1963)
La misma fuente nos ilustra acerca del acelerado ritmo de las gestiones. «El 1O de agosto «partieron por vía aérea hacia Mendoza dos miembros de dicha Cooperativa Conesa Ltda. (ya ahora aparece así la sigla): Dr. Héctor A. Monteoliva y Anselmo García Ballestero». Destino sede del Instituto Nacional de Vitivinicultura para tramitar el otorgamiento del crédito para erigir la bodega local. Presentes en dicho encuentro también Delegados de la Cooperativa hermana de Luis Beltrán, el Ingeniero Famín delegado del gobierno provincial con expreso mandato de respaldar la gestión. También se hizo presente el doctor Ramírez en representación del Banco Provincia de Río Negro. Saldo muy positivo, regresan con el convencimiento que en muy poco tiempo se concretaría esta gestión, informando en la siguiente asamblea a los socios que «pronto estaría concedido el crédito para empezar la obra, y que el cooperativismo es fuerza y economía sana para todos».
En diciembre de 1964 estaba en plena ejecución esta obra, se convoca a Asmblea General Ordinaria en sede del Club San Lorenzo. Se trató en dicha reunión el balance, memoria y cuadro de excedentes y pérdidas; la elección de nuevos consejeros titulares en reemplazo de Dardo García Díaz, Gaetano Calá Lesina, Héctor Agustín Monteoliva y Cristóbal Tomasini. Hasta ese momento firmaban como secretario:Anselmo García Ballestero y como presidente: el Dr. Héctor A. Monteoliva.
Estos son -como dije- sólo algunos aportes para la memoria y el agradecimiento de todo un pueblo a estos pioneros de la producción e industrialización local, al cumplirse 150 años de una gesta fundacional , que luego fue creciendo escalón a escalón. Las bodegas y esta Cooperativa fue un escalón más, también fundacional. Gesta, dije, sí viene de «gestación», es sinónimo de hazaña, proeza, valentía, osadía, proeza, epopeya… De esta «cepa». De estos «sarmientos» fueron los “Vinos Conesa”, en damajuanas de diez, de cinco, en esqueletos de doce , en botellas de litro o de tres cuarto. Luego vinieron “Vinos La Llave del Sur”, vino fino blanco, contenido neto envasado en botellas de 700 cm3, guardamos al día de hoy como una reliquia algunas botellas, bien selladas.
Estos son los apellidos y nombres de aquellos fundadores de la vitvinicultura conesina: Acedo Joaquín, Álvarez Victorino, Álvarez Pedro, Assef de Remy lbet, Assef Ricardo, Cademartori Angel, Cademartori Gino, Calá Lesina (varios) a saber: Carmelo, Gino Rosario y Sebastián, Fontana Leonardo, Forcinitti Hermanos, García Anselmo, Gauna Daría, Liguori Benedicto, Llerena Zulema de Spiewak, López Manuel, Marcattili Carlos, Martínez Joaquín, Mastropietro Francisco, Mombreani Ernesto, Monteoliva Héctor, Pasquini Humberto, Reñones Domingo, Rosas Félix Rubén, Sastre Alberto, Spiewak lbar, Uña Inocencia, Verrechia Luis, Van Konijnenburg Eric, Van Konijnenburg Federico y Zovich Renato; hoy en día con sus respectivos Sucesores y/o Representantes.
Había una vez en Conesa, no hace muchos años atrás, un grupo de pioneros, soñadores del dulce néctar del vino. Comenzaron desde debajo de un parral, coronaron sus sueños, su laboreo en estos nobles y colosales emprendimientos, con pérdidas y ganancias. Vinos que cubrieron la demanda local, y fueron reclamados en Patagones y en Viedma, damajuanas y esqueletos que iban llenos a San Antonio y Las Grutas, a Puerto Madryn, a Trelew, Rawson, Comodoro Rivadavia; y volvían vacíos para completar las próximas remesas. Hoy la Cooperativa Conesa Lta., con todas sus piletas y grandes piletones, con casi todo el equipamiento originario, con sus dos manzanas de terrenos adquiridos a nombre de cada asociado, espera justicia. Allí, sobre calles San Martín, Mariano Ruiz, Balbín e Independencia. Dos manzanas patrimoniales esperan destino y justicia . Hoy ocupadas por un Parque de Diversiones (bienvenido para los niños) una manzana y la otra por un Circo Mágico… qué ironías del destino!
Siglo 21: a la espera del descorche de nuevas propuestas, de una nueva generación que se anime a reabrirla. Un nueva generación cuenta con «la llave», hay todavía experimentados viñateros que pueden aportar su sabiduría y experiencia acuñadas, hay muchas tierras bajo riego, hay un auge de consumo de vinos, hay llaves que volver a usar. Si Ellos pudieron; hoy, ellos, nos plantean un nuevo e inevitable desafío. (APP)
*Fundador de Centro Documentario Patagónico de General Conesa, Río Negro. La foto muestra el actual estado de abandon de la bodega y planta de embotellamiento.