Viedma.- (APP) Recientemente en la ciudad de Buenos Aires se presentaron conjuntamente los ex presidentes uruguayos Julio María Sanguinetti y José “Pepe” Mujica.
Reconocidos por sus posiciones políticas antagónicas, tuvieron la virtud de presentar un libro que elaboraron con conversaciones que mantuvieron ambos.
El mismo estuvo focalizado en un modelo de dialogo y convivencia.
Más que un hecho político y cultural, se lo puede señalar como una demostración de que las diferencias ideológicas no tienen por qué arrasar con las posibilidades dialoguistas.
El periodista Luciano Román, en el diario La Nación, opinó que “en esta era de la polarización y los antagonismos, la convivencia democrática es un valor esencial”.
Y agrego que el testimonio de los mencionados ex presidentes del país vecino “trasciende los liderazgos y las actitudes individuales para ofrecer, de Uruguay, un modelo de convivencia y pluralismo que tal vez pueda iluminar a la región e inspirar a los argentinos”.
Leyendo el libro “Conversaciones sin ruido entre Sanguinetti y Mujica”, esos líderes políticos antagónicos, coinciden en proponer no solo un modelo de dialogo, sino de encuentro entre adversarios y de conversación teniendo en cuenta sus liderazgos con ideas y experiencias antagónicas.
Para esos líderes –hay que considerarlos ya no solo de Uruguay, sino de América- esto es mostrarle a la nueva generación lo que es convivencia republicana.
Otra frase que recogemos en el libro de referencia es que “ya lo decía Montesquieu: la democracia solo puede florecer con gobiernos moderados”.
Incluso para Sanguinetti “la falta de moderación es un rasgo de esta época. En Uruguay, felizmente, los partidos sobreviven a través de coaliciones y eso n os ha dado estabilidad”.
Es interesante que esos pensamientos puestos a la consideración publica por Sanguinetti y Mujica, tienen una correlación, con una postura adoptada hace meses por el senador nacional Alberto Wereltineck en la Provincia de Rio Negro.
Diríamos que anticipándose a lo que revelaron en sus conversaciones los ex presidentes uruguayos, el ahora gobernador electo en la Provincia de Rio Negro, lo fue desarrollando manteniendo contactos con distintos sectores de la sociedad.
Y no solo fueron políticos, sino también sindicales, comerciales, en general de distinta índole.
Y allí fue que puso en marcha lo que denominó el Gran Acuerdo de Rio Negro.
Y las urnas lo respaldaron, con el acompañamiento de los electores lo que le permitió mostrar desde la Patagonia, en Rio Negro, que logro construir coincidencias entre diversos sectores de la sociedad –manteniendo los mismos sus ideologías- quienes aceptaron que lo más importante en este momento estaba enfocado en lograr la convivencia, trabajando juntos por el desarrollo económico, a través del cual poder llegar al bienestar de los habitantes de la provincia.
Por eso vaya, la coincidencia de los pensamientos de Sanguinetti y Mujica, y de Wereltineck, los que al fin sin haberlo conversado entre los tres llegan al mismo pensamiento: hay que gobernar con dialogo y convivencia.
*Licenciada y Experto en Turismo