Viedma.- (APP) El historiador Egardo Cardone señaló que “los contenidos del Pacto de la Moncloa no se pueden trasladar a la Argentina, pero sí se puede imitar la metodología que es universal”. Lo dijo en función de la actual coyuntura de crisis nacional, donde el gobierno nacional decidió abrir el diálogo a todos los sectores políticos, económicos y sociales para llegar a un acuerdo de gobernabilidad. Cada vez que se convoca a un gran “consenso nacional” sobre políticas de Estado, surge aquel ejemplo español que impulsado por las fuerzas políticas permitió cerrar “la grieta” abierta con la guerra civil y el franquismo con algunos ejes políticos y económicos.
Cardone señaló que en el país ha faltado “un pacto entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, un acuerdo con los líderes parlamentarios para resolver los problemas de la Argentina”. Dijo además que un “acuerdo nacional” debe ser resultado de la política, del acuerdo del presidente con los diputados y senadores, “no es un pacto corporativo, es un error convocar en el mismo nivel a los gremios, a las iglesias y corporaciones económicas, la entidad la pone la política”.
Consideró además que el llamado del macrismo a un pacto es tardío, una maniobra, ya que es muy difícil que prosperen acuerdos a poco de una elección nacional. “No hay espacio para acordar grandes reformas a dos meses que se definan los candidatos nacionales”, consignó.
El historiador escribió un libro sobre el Pacto de la Moncloa en España y otros dos, uno sobre Arturo Frondizi como estadista y un tercero, próximo a salir, sobre la forma de construir las políticas de Estado. En los tres aborda este eje de que “los grandes problemas y conflictos políticos necesitan grandes acuerdos, pasar de la política banal a la política arquitectonal”.
Indicó el historiador a APP que aquel pacto español fue político y económico y permitió cerrar “la grieta” abierta después de la guerra civil y el franquismo. “Fue un acuerdo político para establecer una monarquía constitucional al estilo moderno, frenar toda posibilidad de vuelta atrás por un golpe de los sectores franquistas, sin que además esto significara que los partidos políticos perdieran su identidad”.
Recordó que la convocatoria para aquel pacto surgió del presidente del gobierno, Adolfo Suárez, hacia todos los jefes parlamentarios, y casi en forma inmediata “se pusieron de acuerdo”.
“Fue un gesto de responsabilidad inmensa, sobre todo de los opositores; se hizo un diagnóstico de la situación española, allí hubo coincidencia, la necesidad de una recomposición del tema económica y el desmantelamiento de lo que quedaba del franquismo”, consignó. Entre otras cuestiones, la centro-derecha le propuso a la izquierda aceptar la política económica de mercado, lo cual se acepta, aunque manteniendo “un Estado de bienestar”. “No fueron cambios menores”, explicitó.
Dijo a APP que esto implicó, entre otras cosas, “la reforma militar y su sometimiento al poder político”.
Recordó que el intento de golpe de Antonio Tejero, posterior a la firma del pacto, tuvo como principal motivación que Suárez legalizó al Partido Comunista, y allí fue clave la actuación del rey que salva al sistema democrático y mete preso a los responsables de las Fuerzas Armadas. “El rey dejó caer a Suárez, por el gran desgaste que tenía, pero salva el sistema”, consignó.
Entre otras conclusiones, valoró que izquierda y derecha priorizaran el tema nacional sobre las diferencias ideológicas, un acuerdo entre el gobierno y la oposición parlamentaria para construir políticas de Estado y, entre otras cosas, que el Estado ya no se metiera en las asociaciones sindicales.
Indicó que como enseñanza para la Argentina hay que tomar del pacto que los grandes problemas y conflictos políticos necesitan grandes acuerdos, pasar de la política banal a la política arquitectonal.
Mencionó, en esto del influjo de los acuerdos logrados por sectores políticos en España para la realidad argentina, que, casualmente, el expresidente Felipe González estuvo en el país en la crisis del 2001 con De La Rúa y ahora también se encuentra en Buenos Aires, insistiendo “con los mismos conceptos, con su gran claridad de un gran estadista; el Pacto de la Moncloa es un ejemplo a seguir en su metodología, pero en la práctica se ignora”. (APP)