Viedma.- (APP) La fusión nival de este verano, sumado a las dos crecidas por lluvias que ha afrontado la cuenca en meses anteriores, ha permitido recuperar la cota en el embalse Casa de Piedra a niveles de 2007. El trabajo conjunto entre COIRCO (Comité Interjurisdiccional del río Colorado), las provincias y las empresas petroleras ha podido sortear las dificultades y mitigar los resultados indeseados.
La escasez de agua en los últimos trece años ha constituido un desafío de gran importancia para todos los actores sociales, institucionales y productivos de la cuenca, que ha motivado acciones inéditas para enfrentar un duro panorama que tampoco tenía antecedentes.
Pero el retorno de las aguas altas también implicó un arduo trabajo de gestión coordinada entre el equipo técnico de COIRCO, la CTF (Comisión Técnica Fiscalizadora) y las jurisdicciones para realizar un seguimiento detallado de los pronósticos y de la información hidrológica que se iba generando, enfrentar los efectos de las crecidas y morigerar sus consecuencias.
En la cuenca se produjeron dos crecidas importantes por lluvias en los meses de junio y agosto del año pasado, que sumadas a la que provocó la fusión nival de inicios del verano, dejaron como saldo una recuperación de la cota del embalse Casa de Piedra a niveles que no se observaban desde 2007, y la reducción de la concentración salina que favorece los usos del agua que se realizan en la cuenca.
Las crecidas también generan inconvenientes y la necesidad de atenderlos para reducir las potenciales afectaciones sobre las personas, el ambiente y los bienes.
Coordinación y prevención.
Con la primera crecida del mes de junio se conformó en el marco de COIRCO un equipo técnico para fortalecer las tareas de seguimiento de los pronósticos y afrontar las situaciones indeseadas, en coordinación con las autoridades de las cinco jurisdicciones que componen la cuenca. Tanto la CTF como el personal de la sede central de COIRCO y las distintas autoridades provinciales han sido certeros en las decisiones tomadas en estos meses, en los que se ha podido sortear las dificultades provocadas por el inédito aumento de los caudales. Las empresas petroleras acompañaron la gestión con recomendaciones y siguiendo puntualmente las instrucciones impartidas previamente a los eventos hidroclimáticos.
Este grupo de trabajo –que sigue activo- ha monitoreado en forma constante la situación hidrológica de la cuenca, incluso en días no laborables, en permanente articulación con las provincias y tomando decisiones de prevención para reducir los efectos de las crecidas.
En ese marco, con el accionar de las empresas, se produjo el cierre preventivo de 101 instalaciones petroleras que evitó que se produjeran afectaciones ambientales o impactos sobre la calidad del agua por la actividad hidrocarburífera.
Estas experiencias han fortalecido la capacidad de COIRCO en el abordaje de escenarios complejos, en el que debe destacarse la profesionalidad de los equipos técnicos y la disposición de todos los actores para generar un ámbito de trabajo basado en la confianza, el intercambio de saberes y experiencias y el compromiso.