Viedma.- (APP) Margaret Thatcher, que para Javier Milei es la principal figura internacional a la que admira, fue una enemiga de la Argentina, responsable de la muerte de 634 soldados en la Guerra del Malvinas, de los cuales 323 se produjeron por el hundimiento del Crucero General Belgrano, un hecho que convirtió a la exprimer ministra británica en criminal de guerra. Hay que recordar que la Thatcher dio la orden política de torpedear el Belgrano, que estaba fuera de la zona de exclusión, y lo hizo en un momento específico, donde se estaba llevando adelante un proceso de negociación diplomática por parte de Perú, con posibilidad de una salida pacífica.
Pero no hace tantos años se conoció además información desclasificada publicada en el diario The Guardian, en un artículo titulado “Declassified UK”, sobre el envío de buques británicos con 31 armas nucleares a Malvinas durante la guerra que desató el imperio colonialista en 1982 tras la recuperación argentina de las islas.
El periodista Richard Norton Taylor, del diario The Guardian, publicó que fueron tres los barcos enviados en 1982 con armas atómicas. A mediados de mayo de 1982, el portaaviones inglés HMS Hermes tenía 18 armas nucleares a bordo y el portaaviones Invincible (Invencible) tenía 12. Mientras que el barco auxiliar de la Flota Real, Regent, poseía una, según los documentos desclasificados.
“Los barcos estaban dentro de la ‘Zona de Exclusión Total’ impuesta por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas”, dice la publicación británica en el artículo titulado “Desclassified UK”.
Norton señaló que los militares británicos advirtieron sobre la gravedad del hecho y consideraron que si algún arma nuclear hubiera sido dañada o hundida los argentinos podrían haberse hecho con tecnología nuclear y “podríamos haber tenido que enfrentar una gran vergüenza en el campo de la no proliferación”.
En el año 2003 el Ministerio de Defensa británico publicó precisamente un informe en el que se mencionaba que la fuerza de tarea que se constituyó para ir al Atlántico Sur durante el conflicto de 1982 incluyó navíos equipados con armamento nuclear.
Ante esto la Cancillería Argentina remitió una nota de protesta al Reino Unido manifestando la suma gravedad de la situación y requiriendo precisas y completas informaciones sobre los distintos aspectos involucrados en los hechos revelados.
Al respecto, hizo hincapié “en particular, que se asegure que en forma fehaciente no hay armas nucleares en ningún lugar del Atlántico Sur, ni en buques hundidos, el lecho del mar ó bajo ninguna otra forma ni circunstancia”.
Pero el Reino Unido negó que hubiera violado el Tratado de Tlatelolco de no proliferación nuclear y que todas las armas regresaron al suelo británico “en buen estado”.
THATCHER ENVIÓ ARMAS NUCLEARES Y ESTUVO CERCA DE USARLAS
La intención de Thatcher de usar cargas nucleares para definir la guerra por las Islas Malvinas fue abortada por la decisión de Mitterrand de colaborar con la ‘Dama de Hierro’ y proporcionarle información sobre las armas que Francia le había vendido a Argentina. Es decir, se estuvo muy cerca de la locura.
Thatcher “decidió el envío de cuatro submarinos nucleares a la zona de conflicto, y según investigaciones posteriores realizadas por el Partido Laborista inglés, tenían como objetivo lanzar una bomba nuclear sobre Córdoba, si la situación de la guerra se complicaba para Gran Bretaña”, reveló el libro que firma Ali Magoudi (“El Psicoanalista de Mitterrand”), psicoanalista del presidente francés en ese tiempo.
En el texto, se sostiene que Francia colaboró con Gran Bretaña entregando información vital sobre los códigos secretos de los misiles Exocet que Argentina adquirió a principios de la década del ochenta.
Con estos datos los misiles franceses quedaron “sordos y ciegos” y fueron fácilmente anulados por la defensa británica que había sufrido en carne propia la efectividad de esta arma cuando fue hundido la fragata Sheffield.
Mitterrand, en esas consultas con su analista, debatía su preocupación por el sentido de esa guerra y la “tozudez” de la premier inglesa, que “amenazó” con lanzar un ataque nuclear al territorio argentino si Francia no colaboraba. Mitterrand definió en esas sesiones a Thatcher como “una mujer desenfrenda” y acotó según el libro de Ali que: “Ella está furiosa y me acusa a mí de este nuevo Trafalgar (por el hundimiento de la fragata). Me vi obligado a ceder, ella tiene ahora los códigos. Si se sabe que los franceses neutralizan las armas que venden, será un tema serio para nuestras exportaciones”.
Luego del hundimiento del crucero General Belgrano, el 2 de mayo de 1982, cuando estaba fuera de la zona de exclusión impuesta arbitrariamente por Gran Bretaña en la zona de Islas Malvinas, la Argentina contraatacó con un certero ataque contra el Sheffield, una de las principales naves de los británicos, que se hundió con un misil disparado desde un avión Super Etendart.
Este ataque puso en alerta a Thatcher, quien temió que la operación destinada a expulsar a los argentinos de las islas fuera un fracaso. En ese escenario, la primer ministro “presionó” a Mitterrand quien reveló los códigos de esos misiles y torció el destino de una batalla desigual.
El presidente francés, de origen socialista, fue el primer mandatario en dar apoyo a Gran Bretaña luego de la invasión argentina, inclusive antes de que Estados Unidos, con Ronald Reegan, hiciera lo propio.
Sin embargo, en el mismo momento del ataque a la fragata inglesa, Thatcher decidió el envío de cuatro submarinos nucleares a la zona de conflicto, y según investigaciones posteriores realizadas por el Partido Laborista inglés, tenían como objetivo lanzar una bomba nuclear sobre Córdoba, si la situación de la guerra se complicaba para Gran Bretaña.
Mitterrand se quejó en esas sesiones de terapia la actitud de la inglesa de ir a pelear por “unas pequeñas islas pobladas por tres ovejas peludas y congeladas”.
“Afortunadamente cedí ante ella. Garantizo que de otro modo, el metálico dedo de la dama hubiera oprimido el botón”, afirmó el presidente galo, según cita el libro “El Psicoanalista de Mitterrand”.
Además de esto y lo revelado por The Guardian, el profesor Sir Lawrence Freedman, el historiador oficial británico de la guerra de las Malvinas, ya había reconocido que desde Gibraltar fueron despachadas armas nucleares a las islas. (APP)